Se utiliza un sistema de lubricación centralizado automático para distribuir lubricante de manera eficiente desde un depósito central a áreas específicas de una máquina que son propensas a problemas relacionados con la fricción. El sistema incluye el engranaje o las bombas de pistón, distribuidores, tuberías y accesorios.
La capa adecuada de lubricante sobre los puntos de lubricación establece una firmeza protectora, que se utiliza para proteger pasadores o bujes.
Uno de los principales beneficios de este sistema es la extensión de la vida útil de los componentes, lo que da como resultado un ahorro significativo de costos a través de una mayor longevidad, una mayor productividad y un menor consumo de grasa.
Además, este sistema elimina el tiempo de inactividad del equipo al brindar un rendimiento óptimo, ya que la lubricación se produce de forma dinámica y autónoma sin requerir la participación de personal de mantenimiento u operadores. El riesgo de pasar por alto puntos de lubricación ocultos o difíciles de alcanzar se elimina de manera efectiva.
La implementación de un sistema de lubricación centralizado automático conduce a la disminución de los gastos de mantenimiento y reparación, mitigando efectivamente el desgaste no deseado y cuadruplicando la vida útil de los componentes en comparación con la lubricación manual. Además, el riesgo de contaminación durante el proceso de lubricación se elimina por completo, lo que contribuye a los esfuerzos de conservación del medio ambiente.
Además de estos beneficios, el consumo de lubricante se reduce hasta en un 50% en comparación con los métodos de lubricación manual. Esta reducción sustancial del consumo no solo ahorra costes sino que también mejora la seguridad en el trabajo, ya que casi el 50% de los accidentes laborales con maquinaria de construcción se producen durante las actividades de mantenimiento o reparación.